El salmón es un animal magnífico, como el humano; Remonta torrentes y muere en su destino.
La redención, como el suicidio, son soluciones. Entre el perdón o la condena, media el presunto vindicador o el réprobo.
Begin-begin,
Capollet, Teresa
la loca, "
El Bolantinero", Toni
el bobo.
Así sonaban motes para la pequeña crueldad del reducto entorno, el barrio o el recoleto pueblo. Personas ajenas a la realidad, que construían la suya propia en la inmediatez de sus actos. Que no existe mejor feliz que el tonto, es discutible, aunque lo amparo.
Quisiera ser ambos. Sólo opto por algo
Là-Bas.
Des Esseintes, como Joris Karl Huysmans, prefieren lo otro o lo mismo, mas glorificado por la postura estética. Un ejercicio digno. Una definitiva victoria.
Un camino, como el del salmón, sin retorno.
