Autodolor

2007/11/17

Callar.

No es intención mía crispar frases de reyes sobre presidentes. La Historia los juzgará, aunque conceda un favor al monarca por acallar un bocazas demente...
Déjenme hablar de el silencio. (Aunque debería callar)

El silencio. Hasta Poe lo elogia en su Silencio
La ausencia de sonido es fundamental. Recuerdo que en el primer fascículo del Método de Solfeo de Hilarión Eslava, (Donde aprendí solfeo y hasta tuve el coraje de unirme a la Unión Musical de Alcoy, donde apenas estuve un par de meses, ya que eso de tararear notas no iba conmigo...Me hubiese gustado tocar el saxofón, pero el exceso de disciplina me disgustó...) , en la primera frase de su primera lección decía algo así como :-"¿Qué es la música? Es el arte de combinar el sonido con el silencio." Acojonante.
Mi abuelo materno Pedro era músico de clarinete, y lo recuerdo de niño siempre tarareando músicas que sólo él conocía. Cuando falleció, muchas partituras manuscritas fueron a parar al vertedero. Ahora, en la distancia, sólo tengo alquel canturreo de un hombre callado, obtuso y ensimismado, que fumaba Celtas y libró a tordos un dia, por la mañana, de una jaula que mi padre tenía. Fatal destino de esas notas silenciadas...

Hoy en dia, que nos saturan los medios de comunicación y los usuarios con ruido ( Sonido no deseado...) y que se forman leyes para el ciudadano contra él -el ruido-, debemos volver a conocerlo.- el silencio-.

La ausencia de sonido nos revela la realidad. Lejos estoy de crear un sofisma o un paralogismo: Escuchar la nada es, quizás, uno de los mayores placeres que tiene el ser humano. Aquello que se llama el "silencio interno", -la propia respiración, el sonido de la disgestión, el roce de nuestras manos contra las orejas, el cálido sonido de atusarse el pelo, nuestros pedos, el carraspeo y el deglutir alimentos, etc..-, es lo que deberíamos escuchar siempre. Otros ajenos aceptables son los mismos de nuestra pareja.

Armonizar todo ello - Sonidos y silencios - será lo que nos proporcione la música de nuestra vida: Risas y lágrimas, amores y odios, placeres y dolores: Sonidos, silencios y ruidos.

También el silencio es doloroso:
 -"Melmoth y Moncada intercabiaron una mirada de mudo e indecible horror, y regresaron lentamente a su casa."-
      Frase final de "Melmoth el errabundo", novela de Charles Robert Maturin (1782/1824)

Callemos y escuchemos el silencio: Siempre alguien nos lo podría reprochar...